El cielo gris, ya le indicaba que
algo raro estaba pasando, el ya lo había visto así alguna vez, pero siempre era
porque el quería, pero esta vez, con el bañador puesto y la toalla al hombro,
estaba decidido a ir a esa playa nudista que conoció el ultimo día. Aquella
playa le gustaba, porque en las del mundo real, no suele haber tanta (que
tanta, ninguna) chica con los cuerpos que se ven en esa playa.
Lo más raro, es que no veía por ninguna parte
la ventana que daba opción a cambiar el aspecto del cielo, buscaba una
combinación que le encantó para estar de playa, pero no sabia porqué no
encontraba el dichoso botón, sabia que estaba a la parte derecha y abajo del
visor pero, que narices pasaba no veía tampoco el visor, ni la flecha del
ratón…
Sabia que a veces las pilas del ratón se agotaban, pero no era el caso,
el caso es que… ¿donde esta el ratón?, ahora que caía en la cuenta, se percato
de que delante suyo no había ratón, ni mesa ni ordenador, ¿Que pasaba? ¿Estaría
soñando? ¿Se había dormido delante del PC?... no que va, eso no podía ser, pero
algo pasaba seguro, voy a reiniciar el ordenador, pensó y,
volvería a ver todas las cosas como el sabia que las debía ver.
Otra cosa que le llamó la atención, fue que tampoco veía las flechas de
dirección, ni el zoom, y sin embargo si que podía girar y enfocar a un sitio
determinado, pero no terminaba de explicarse todo eso, pero bueno, es lo que
había, el PC a veces fallaba y otras veces era el servidor de Second Life el
que lo hacia, muchas veces había visto que no tenia los lindens en su cuenta, y
sabia que reiniciando se arreglaba, pero desde que Linden Labs hizo la
modificación ultima, esa de que la carga se hace desde el servidor y no desde
la memoria cache del Ordenador, no le había pasado nada de eso.
¿Entonces…que es lo que estaba sucediendo?, de
pronto se puso a llover, y que raro, se mojaba, eso si que nunca le había
pasado, le entraron ganas de orinar, otra cosa que nunca había sentido, y de repente,
noto un calor entre las piernas… la orina había comenzado a salir… y entonces
abrió los ojos, estaba en la cama, había sido todo un sueño, un maldito sueño,
que seguro era por la obsesión de estar conectado a ese mundo virtual en el que
podía hacer todo aquello en su vida real no podía hacer, ese mundo virtual en
que no tiene que lavar las sabanas y secar el colchón por lo que le acababa de
pasar.
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