miércoles, 4 de diciembre de 2013

CONCURSO DE RELATOS - RELATO Nº 6: LA DESAPARECIDA



Hace algún tiempo, nos reuníamos los viernes por la noche en el sim de San Borondón para contarnos historias a la luz de la luna.
Allí, bajo el techo de la gran cabaña, con las estrellas colándose como luciérnagas vivas entre las abiertas paredes, se creaba una atmósfera de amistad y misterio que terminaba por acrecentar el brote espontáneo de nuestras fantasías.
Afuera, en el horizonte se perfilaba la abrupta montaña con su penacho volcánico en erupción, y, su inmensa mole, tapizada de rocas verdinegras, parecía un fantasma dispuesto a engullirnos entre sus fauces de fuego y tinieblas. Y como fondo, La música de las olas, al desvanecerse sobre la cercana arena, creaba siempre un contrapunto sonoro que nos acompañaba  como una vieja canción de cuna, que permaneciese anclada  eternamente en nuestra memoria.

Un viernes, cuando llegué a nuestra cita semanal en San Borondón para relatarnos nuestras narraciones,  descubrí que una chica nueva, ajena a nuestra reunión habitual, permanecía sentada frente a mí. Era delgada y alta; mantenía las manos plegadas en su regazo y su mirada, incandescente y abstraída,  permanecía fijada sobre el volcán. Pregunté a Namarya quién era, y en su IM me contestó que nadie lo sabía; y que todo el grupo  se estaba haciendo la misma pregunta.
Comenzaron las narraciones. Kar Gabilondo contó una historia de aquelarres vascos que nos hizo estremecer, y Momi  Barbosa  un cuento  de vampiros  impregnado de un estremecedor horror.
 Fue casi al final cuando la desconocida tomó la palabra para anunciarnos que contaría una historia personal.  Su voz era tan débil, pero al mismo tiempo tan revestida de un eco vibrante, que parecía nacer en el fondo de un viejo jarrón de alabastro.
Hablaba, entre pausas y vacilaciones, de una montaña, y de un paseo  por un sendero tortuoso cuesta arriba. Pero lo más extraño  era que parecía ir perdiendo aliento, como si le costase una gran fatiga abrir los labios para desgranar sus frases. Daba la impresión, también, de que según sus palabras se hacían cada vez más lejanas e inaudibles, su piel parecía empalidecer poco a poco al mismo tiempo.  Llegó un momento en que casi no se la entendía. De vez en cuando, algunos términos como  precipicio, abismo, caída y tinieblas, alcanzaron a escucharse. Y entonces sucedió lo más aterrador.   La  piel de aquella mujer se hizo lentamente transparente, como si el aire hubiese tomase entrada en su cuerpo para  secuestrarlo. El  último balbuceo salido de su garganta coincidió con su desaparición completa ante nuestros ojos..

Poco después, una mujer que encontré visitando el sim me contó la historia de una joven que quiso escalar la montaña para asomarse al volcán y que se supone que tuvo una mortal caída mientras lo hacía, ya que nunca regresó a su punto de partida. Me dijo que la accidentada era un chica veterana en Second Life, asidua y entusiasta de esta segunda vida. Según ella, nunca más volvió a entrar. Desapareció misteriosamente sin despedirse de amigos ni conocidos..

.Movida por un negro presentimiento, fui a la sede de AMM life&style. Tardé  poco en la hemeroteca en encontrar la noticia de aquél  accidente. No fue necesario leer los textos. La foto de la mujer que desapareció lentamente ante nuestros ojos mientras contaba su historia presidía el artículo. Cerré la revista aterrada y salí de la sala de lectura con el corazón desbocado en el interior de mi pecho.

FIN

Land del sim Playas de San Borondón: Lonely Nights (136. 211. 21)                                               
(Las propietarias del sim Playas de San Borondón no se hacen responsables de los riesgos que asuman quienes escalen el volcán)


FIN

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